
Pero no, Hamilton ha sido sancionado por una maniobra en la que damnificaba al italiano Jarno Trulli (Toyota) y por la que los comisarios habían sancionado al italiano. La maniobra fue la siguiente: dos vueltas para que acabara el GP de Australia de F1, en pista estaba el coche de seguridad (safety car, en inglés) y según la norma no se puede adelantar cuando ocurre esta situación. Trulli fue sancionado en un primer momento por adelantar a Lewis Hamilton, quien redujo la velocidad del coche y se apartó a un lado como el que no quiere la cosa, disimuladamente. Y no es la primera vez que lo hace. Pues bien, ahora los comisarios han descubierto nuevas pruebas por las que han decidido sancionar a Hamilton y a McLaren, porque la información que presentaron era “engañosa”.
Insisto, esta es la primera carrera del año y ya hay decisiones que tienen que ser rectificadas. Y los líos no acaban ahí: los pilotos ya están protestando por los horarios del GP de Malasia, el segundo de la temporada, porque dicen que hay falta de luz, y por tanto menor visibilidad y mayor riesgos de accidentes. Pero el dinero de las televisiones y de los promotores es el que manada y decide.
El problema de la visibilidad se podría solucionar iluminando el circuito artificialmente, y esto ya se ha hecho en otros GP y con mayores dimensiones porque en Singapur se celebró una prueba nocturna y en el cielo el sol estaba durmiendo. Si en Malasia el sol estuviera de vacaciones podían alumbrar el circuito, pero claro está, ésta no es una solución que se tome a la ligera porque hay que estudiar los puntos de poca visibilidad del circuito y este análisis requiere su tiempo y consensuarlo con los pilotos, que son los que estarán sobre al asfalto. Si este requisito no se ha previsto son lógicas las protestas de los pilotos y suponen un golpe más para la FIA.
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