miércoles, 25 de marzo de 2009

Estrellas a un lado y al otro del mundo


La temporada está llegando a sus momentos calientes al ser ahora cuando se deciden los títulos y los laureles, los fracasos y las decepciones. Con tres equipos españoles en los cuartos de final de la Euroliga (Regal Barcelona, Real Madrid y TAU Cerámica), dos (Iurbentia Bilbao y Pamesa Valencia) en la final a ocho de la Eurocup y a falta de siete jornadas para que acabe la competición regular de la ACB, todos equipos afilan sus puñales para lograr los objetivos que se marcaron a principios del curso.
La actual temporada se presentaba con una incógnita ante la falta de jugadores referentes al cruzar el charco los dos mejores jugadores de la pasada campaña: Rudy Fernández y Marc Gasol, cuyo testigo recaería, sobre el papel, en el jovencísimo y prometedor base Ricky Rubio y en el luchador Felipe Reyes. Sin embargo, esta temporada ha despertado y se ha consolidado un titán llamado Fran Vázquez, quien podría seguir la estela de los demás españoles que juegan en la NBA, y quien le está provocando serios dolores de cabeza al seleccionador Sergio Scariolo en la confección del equipo que acudirá al próximo Eurobasket de Polonia en 2009.
El boom surgido tras el Campeonato del Mundo en Japón en 2006 dio el pistoletazo de salida de una prometedora cantera de jóvenes estrellas que figuran en las plantillas ACB, pero, ¿hasta qué punto esto es real o sólo se limita a cumplir con el cupo impuesto? Este cupo, firmado por la ACB, la Asociación de baloncestistas profesionales (ABP), el CSD y la Federación, obliga a todos los equipos a tener un mínimo de cuatro jugadores seleccionables en plantillas de 11 jugadores y 5 en las de 12. Esta medida que, a priori parece beneficiosa para los jóvenes, y para los jugadores nacionales, se puede convertir en su crucifixión. El mayor castigo que puede sufrir cualquier deportista es no jugar partidos, si a eso se suma la juventud, se le destroza la carrera al detener en seco su progresión. Como solución, podría plantearse la cesión a una categoría inferior en la que se foguease, pero resulta que son piezas inamovibles en sus equipos debido a la exigencia del cupo.
Los jugadores españoles han aumentado su caché y muchos se han convertido en los líderes de sus respectivos equipos enterrando la figura del jugador norteamericano. Los Ricky Rubio, Felipe Reyes o la “bomba” Navarro se han convertido en los ases a seguir en sus equipos. Los nuestros han dejado de ser meras comparsas en sus equipos para convertirse en las piezas resolutivas. Pero, sin duda, el caso que más ha despertado la admiración de los expertos en este deporte ha sido el del prometedor Ricky Rubio, al que se lo están rifando las franquicias NBA. Todavía no está en edad natural para poder presentarse al próximo draft (22 años) pero su representante dice que su inclusión en las listas es sólo para tantear su caché, pero en el caso de que fueran buenas y no se borrara de las listas, ¿qué pasaría?
Todavía le falta mucho camino que recorrer en el baloncesto europeo, por lo que si decidiera dar este salto en su carrera podría ser que se encontrara en un equipo y con un entrenador que confiara en él o, que por el contrario, que sólo estuviera para calentar el banquillo, como le está ocurriendo actualmente a Sergio Rodríguez en la franquicia de Portland. De él se hablan maravillas, Chris Paul (base de los New Orleans Hornets) dijo que “su tope está en el cielo” pero si decide irse a jugar a la NBA ya no habrá vuelta atrás. Allí, si ya es difícil estar, jugar es aún más difícil todavía por lo que no contar con la confianza del entrenador es pasar un año en blanco. Hay quienes piensan que hay que dar el salto pronto, y para ellos ponen como ejemplo a Pau Gasol; otros piensan que para jugar en la NBA es imprescindible tener experiencia y estar consolidado en Europa, como me contestó Aíto García Reneses (actual técnico de Unicaja y ex-entrenador del DKV) quien me dijo: “me gustaría que si fuese a la NBA lo hiciese después de triunfar totalmente en Europa”.
Con Aíto en el banquillo del DKV Juventut, la Penya sacó a relucir varios diamantes de su cantera en la que se encontraba el joven Ricky. El gran mentor que pulió a este genio no fue otro que Aíto quien supo ir afinándolo y protegiéndolo, incorporando su carácter y personalidad en su juego, mientras le aislaba del revuelo que se generaba en torno a él.
Lo que sin duda ha propiciado este cupo es que los clubes se fijen en el futuro promocionando a jugadores como Sergio LLul (Madrid), o Víctor Claver (Pamesa), dejando a un lado los fichajes extranjeros que lo único que aportaban al equipo era propiciar su falta de liquidez debido a sus elevadas fichas. El reconocimiento del jugador nacional ha aumentado en parte por el cupo y en parte por los éxitos de nuestro baloncesto.

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